ESTRÉS AGUDO Y ESTRÉS CRÓNICO

Es común sentir estrés agudo en determinado momento, por ejemplo, cuando se nos presenta un peligro inminente o incluso cuando nos sentimos extremadamente alegres y eufóricos. Estos estados de estrés agudos cortos no son perjudiciales e incluso pueden ser beneficiosos para poder responder ante una amenaza.

Pero cuando el problema o factor estresante ya no existe y nuestro cuerpo sigue respondiendo como si todavía nos estuviera afectando podemos pasar a estado de estrés crónico que es perjudicial para la salud.

Las consecuencias del estrés crónico hacen que tengamos un desequilibro mental permanente que afecta a la emisión de neurotransmisores cerebrales hasta niveles no adecuados , desequilibra nuestro ph, altera la microbiota del aparato digestivo e intestinal provocando mala digestión, colon irritable o intolerancias alimentarias, afecta a la inmunidad, altera el sistema endocrino provocando obesidad, patologías cardiacas e hipertensión arterial, depresión, ansiedad , insomnio.

Se podría decir que cualquier enfermedad crónica arrastra un estrés físico y emocional.

Pero a veces nos hemos adaptado tanto al estrés que ya no distinguimos o no recordamos como se está en estado de calma o equilibrio.

Pero puedes acceder a este estado de equilibrio con la técnica LESE® creada por la Dra. Edith Fernández Paredes.

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